Investigadores de la Universidad de Aarhus se embarcan en un proyecto pionero que podría revolucionar la forma en que percibimos el papel de las vacas en la agricultura y su impacto en el cambio climático. El profesor adjunto Carsten Stefan Malisch, del Departamento de Agroecología, ha recibido una prestigiosa beca Sapere Aude para investigar el potencial de las plantas ricas en taninos para reducir las emisiones de metano de las vacas.
El metano, un potente gas de efecto invernadero, tiene un impacto ambiental significativo, ya que es 28 veces más eficaz para atrapar el calor en la atmósfera que el CO₂. Las vacas, como rumiantes, son importantes emisoras de metano debido a sus procesos digestivos únicos. Esta realidad las ha situado a menudo como grandes contribuyentes al cambio climático dentro del sector agrícola. Sin embargo, eliminar a las vacas de la agricultura no es una solución sencilla, ya que desempeñan un papel vital en los ecosistemas y la nutrición humana, transformando la hierba y otros cultivos no comestibles en productos consumibles como los lácteos y la carne.
"Algunos lo creen así, pero en realidad las vacas son importantes para nuestros ecosistemas, así como para la alimentación humana. Los rumiantes son los únicos animales que pueden comer hierba y otros cultivos que los humanos no podemos comer y convertirlos en productos que sí podemos comer. Por ejemplo, queso, productos lácteos y carne", explica Malisch. Su investigación, financiada por el Fondo de Investigación Independiente de Dinamarca en el marco del Programa Sapere Aude DFF Research Leader, pretende abordar el impacto ambiental manteniendo estos beneficios.
La nueva investigación, que se centrará en las vacas en pastos, hará especial hincapié en los pastizales multiespecíficos con plantas ricas en taninos, como la pimpinela (Sanguisorba menor) y el trébol grande (Lotus pedunculatus). Se espera que estas plantas, incorporadas a la dieta de las vacas, interactúen con los microbios del suelo y el sistema digestivo de las vacas para reducir las emisiones de metano. Otro beneficio previsto es el aumento del almacenamiento de carbono en el suelo, lo que contribuirá a equilibrar las emisiones de metano y el secuestro de carbono.
"Se puede tener a las vacas en un establo, alimentándolas, entre otras cosas, con grano que podría haber servido de alimento para nosotros los humanos. En cambio, las vacas en los pastos comen algo que los humanos no podemos comer y, al mismo tiempo, crean valor para los pastizales, ya que eliminan cantidades significativas de carbono de la atmósfera y lo almacenan bajo tierra", afirma Malisch. El objetivo es contribuir a una producción de leche más respetuosa con el clima, e incluso neutra.
El proyecto de investigación no se llevará a cabo de forma aislada. Malisch ha reunido un sólido equipo internacional en el que participan colaboradores de la Universidad de Wageningen, la Universidad de Turku, la ETH de Zúrich y Luke en Finlandia, además de investigadores de la Universidad de Aarhus. La colaboración internacional permitirá realizar los experimentos en varios países, lo que ofrecerá una perspectiva más amplia y diversa de los resultados.
"Estos resultados podrían utilizarse en muchos más países que Dinamarca, por lo que es importante que impliquemos a otras instituciones de investigación. Otra ventaja es que los distintos socios tienen muchos conocimientos sobre plantas ricas en taninos, expertos en genética, suelos y bioquímica, de los que nos podemos beneficiar enormemente", añade Malisch.
Asimismo, agradece el apoyo del Departamento de Agroecología de la Universidad de Aarhus, destacando su excelencia a la hora de abordar los problemas de los sistemas agrícolas a diferentes escalas. Las secciones de investigación del departamento, entre ellas "Sistemas agrícolas y sostenibilidad" y el recién creado LandCraft Center, prestan un apoyo crucial para garantizar que la investigación dé lugar a prácticas agrícolas prácticas.
El proyecto de Malisch encaja perfectamente con su interés por los sistemas de agricultura circular, que optimizan el uso de todos los recursos disponibles convirtiendo los cultivos no comestibles en alimentos y fertilizantes consumibles. En estos sistemas, los animales aportan nutrientes a los campos, lo que reduce la necesidad de fertilizantes químicos y minimiza la competencia entre alimentos y piensos.
La beca Sapere Aude no sólo supone un reconocimiento a la investigación innovadora de Malisch, sino que también representa un paso significativo hacia el desarrollo de prácticas agrícolas que sean a la vez productivas y sostenibles desde el punto de vista medioambiental. Esta investigación podría sentar las bases de futuros sistemas en los que los rumiantes sigan desempeñando un papel crucial en el suministro de productos de alta calidad y respetuosos con el clima a partir de sistemas circulares con una competencia alimentaria mínima.