El panorama mundial de los bonos sostenibles está experimentando un crecimiento significativo, y la agencia de calificación crediticia Moody's prevé que el total anual de emisiones de bonos sostenibles alcance la impresionante cifra de $1 billones en 2025. Se trata del quinto año consecutivo de fuerte crecimiento en este sector.
Según el informe de Moody's, la distribución de estas emisiones será variada, con una estimación de $620.000 millones atribuidos a los bonos verdes, destinados a financiar proyectos respetuosos con el medio ambiente. Además, se espera que los bonos sociales totalicen unos $150.000 millones, mientras que los bonos de sostenibilidad podrían alcanzar los $175.000 millones. Se prevé que los bonos de transición destinados a financiar el cambio a fuentes de energía con bajas emisiones de carbono asciendan a $20.000 millones, y que los bonos vinculados a la sostenibilidad añadan $35.000 millones al total.
Estas cifras indican un compromiso cada vez mayor de gobiernos e inversores hacia la financiación de proyectos que den prioridad a la responsabilidad medioambiental y social, lo que pone de relieve una tendencia que probablemente repercutirá en diversos sectores, incluidos los relacionados con la tecnología climática. Esta tendencia refleja los esfuerzos mundiales más amplios para abordar el cambio climático y los objetivos de desarrollo sostenible.
El aumento de las emisiones de bonos sostenibles señala un cambio en la forma en que los mercados de capitales se alinean con los objetivos medioambientales, sociales y de gobernanza (ASG). Los inversores institucionales, los gobiernos soberanos y las empresas por igual están reconociendo los beneficios financieros y de reputación de la obtención de capital a través de instrumentos que apoyan el desarrollo sostenible.
Las fuerzas motrices del crecimiento
Un factor clave que impulsa el auge de los bonos sostenibles es el impulso normativo. En la Unión Europea, por ejemplo, el Reglamento sobre Divulgación de Información Financiera Sostenible (SFDR) y el Estándar de Bonos Verdes de la UE están presionando a los emisores para que mejoren la transparencia y alineen sus instrumentos financieros con los objetivos medioambientales. En EE.UU., la Comisión del Mercado de Valores (SEC) está aumentando el escrutinio sobre la divulgación de información ASG, asegurándose de que los emisores de bonos sostenibles presenten informes de impacto claros y verificables.
La demanda de los inversores es otro elemento crucial. Un número creciente de gestores de activos y fondos de pensiones están integrando consideraciones ASG en sus carteras, influidos tanto por los requisitos reglamentarios como por las cambiantes expectativas del mercado.
El papel de los mercados emergentes
Aunque Europa y Norteamérica siguen siendo líderes en emisiones de bonos sostenibles, los mercados emergentes se están poniendo rápidamente al día. Países como Brasil, India y China están intensificando sus esfuerzos de financiación verde, impulsados por una combinación de incentivos políticos nacionales y compromisos climáticos internacionales. El Banco Asiático de Desarrollo (BAsD) ha lanzado recientemente una iniciativa de bonos sostenibles por valor de $2.000 millones destinada a financiar infraestructuras resistentes al cambio climático en los países en desarrollo.
Sin embargo, sigue habiendo retos. Muchos mercados emergentes se enfrentan a costes de endeudamiento más elevados, y la falta de marcos normalizados de información sobre ASG puede disuadir a los inversores. Para hacer frente a estos problemas, instituciones como la Corporación Financiera Internacional (CFI) y el Banco Mundial participan cada vez más en la provisión de mecanismos de distribución de riesgos que fomentan las emisiones de bonos sostenibles en las economías en desarrollo.
Los retos del lavado verde
A pesar del optimismo que rodea a los bonos sostenibles, persiste la preocupación por el "lavado verde". Algunos emisores han sido criticados por exagerar los beneficios medioambientales de sus proyectos o por no presentar suficientes informes de impacto. Para contrarrestar esta situación, marcos como los Green Bond Principles (GBP) y los Sustainability-Linked Bond Principles (SLBP), creados por la Asociación Internacional de Mercados de Capitales (ICMA), están ayudando a establecer directrices más claras.
A medida que se intensifica el escrutinio, los participantes en el mercado piden una mayor verificación por terceros de los ingresos de los bonos. "Los inversores necesitan transparencia para garantizar que su capital impulsa realmente el cambio sostenible", afirma Nathalie Aubert, responsable de finanzas sostenibles de BNP Paribas.
Con unos bonos sostenibles que superarán los $1 billones en emisiones anuales, su papel en la financiación de la transición hacia una economía baja en carbono nunca ha sido tan decisivo. Sin embargo, garantizar la credibilidad y el impacto será clave para mantener la confianza de los inversores e impulsar el crecimiento a largo plazo del sector.