Ciudades de todo el mundo se enfrentan a los crecientes retos de las inundaciones urbanas y la resistencia al cambio climático. Las infraestructuras grises tradicionales, como los canales de inundación de hormigón, las tuberías de drenaje y los diques, a menudo resultan insuficientes ante fenómenos meteorológicos extremos.
El concepto de ciudad esponja es un enfoque basado en la naturaleza que da prioridad a la absorción de agua y la restauración ecológica para mitigar las inundaciones y aumentar la resiliencia urbana. Desarrollado por el renombrado arquitecto paisajista Kongjian Yu, el modelo de ciudad esponja está influyendo en las estrategias de planificación urbana de todo el mundo.
Cómo funciona el concepto de ciudad esponja
La idea fundamental de una Ciudad Esponja es sencilla: trabajar con la naturaleza, no contra ella. En lugar de canalizar el agua de lluvia lo más rápidamente posible, este planteamiento se centra en capturar, ralentizar y utilizar el agua mediante un diseño ecológico. El concepto de Ciudad Esponja se basa en tres principios fundamentales. En primer lugar, retener el agua en su origen incorporando elementos como tejados verdes, pavimentos permeables y jardines de lluvia. Estas medidas permiten que el agua se filtre en el suelo en lugar de saturar los sistemas de drenaje. En segundo lugar, ralentizar el flujo de agua mediante la construcción de humedales, bioswales y riberas naturalizadas, que ayudan a controlar el movimiento del agua y reducen el riesgo de inundaciones repentinas y destructivas. Y, por último, la adopción del agua en las zonas bajas mediante la transformación de los espacios inundables en parques, lagos y humedales urbanos, convirtiendo una vulnerabilidad en un activo.
Este planteamiento no sólo alivia los riesgos de inundación, sino que también mejora la biodiversidad, la calidad del aire y la estética urbana. Además, al reponer las aguas subterráneas y reducir los efectos de isla de calor, las Ciudades Esponja contribuyen a esfuerzos más amplios de adaptación al clima.
Dónde se aplica el concepto de ciudad esponja
La visión de Kongjian Yu ha ganado adeptos, sobre todo en China, donde el Gobierno adoptó formalmente el Programa Ciudad Esponja en 2013. Desde entonces, varias ciudades han puesto en marcha proyectos a gran escala que demuestran la eficacia del modelo.
Un ejemplo notable es el Parque de Aguas Pluviales de Qunli, en Harbin (China). Este proyecto transformó una zona propensa a las inundaciones en un parque ecológico que absorbe y filtra el agua de lluvia de forma natural. Al incorporar humedales y vegetación autóctona, el parque evita las inundaciones urbanas al tiempo que ofrece un espacio verde a los residentes. En la ciudad de Sanya (Hainan), una región costera tropical, el equipo de Yu desarrolló jardines de lluvia, cuencas de biorretención y humedales urbanos para gestionar de forma sostenible las lluvias monzónicas. Otro proyecto importante es el del aeropuerto de aves de Lingang, en Shanghái, donde se diseñó un sistema de humedales artificiales para gestionar las aguas pluviales y proporcionar al mismo tiempo un santuario para las aves migratorias, mostrando la intersección entre la resiliencia urbana y la conservación de la biodiversidad.
Más allá de China, el concepto de ciudad esponja se está explorando en ciudades de todo el mundo. Rotterdam, en los Países Bajos, con su larga historia de gestión del agua, ha integrado principios similares en su planificación urbana. Iniciativas como las plazas del agua -plazas públicas que sirven también para almacenar agua de lluvia- demuestran cómo las ciudades pueden convertir los riesgos de inundación en espacios urbanos multifuncionales. En Estados Unidos, la ciudad de Nueva York ha empezado a implantar proyectos de infraestructuras verdes, como pavimentos permeables y tejados verdes, para reducir la escorrentía de las aguas pluviales y combatir las inundaciones. En el Reino Unido, Londres está incorporando sistemas de drenaje sostenibles (SuDS) inspirados en el concepto de ciudad esponja a los desarrollos urbanos para mejorar la resistencia a las inundaciones y, al mismo tiempo, potenciar la biodiversidad.
Kongjian Yu: el hombre detrás de la visión
Nacido en 1963 en el pueblo de Dongyu, provincia china de Zhejiang, Kongjian Yu creció en una comunidad agrícola rural, donde su conexión con la naturaleza dio forma a su futuro trabajo. Un momento decisivo de su infancia fue cuando, en 1972, el uso local de pesticidas DDT provocó la muerte de los peces de un arroyo cercano. Ser testigo directo de este desastre medioambiental le hizo tomar conciencia del impacto humano en los ecosistemas.
Yu estudió inicialmente jardinería ornamental en la Universidad Forestal de Pekín, pero su trayectoria académica dio un giro transformador cuando cursó un máster y se doctoró en la Universidad de Harvard. Allí se centró en la planificación ecológica del paisaje, perfeccionando sus ideas sobre cómo los espacios urbanos podían coexistir armoniosamente con los sistemas hídricos naturales.
Tras sus estudios, Yu regresó a China y fundó Turenscape, un estudio de arquitectura paisajista pionero en proyectos de urbanismo ecológico en todo el mundo. Su labor de promoción ha sido decisiva para dar forma a la política nacional china sobre ciudades esponja, y su influencia se extiende mucho más allá de su país de origen.
En reconocimiento a sus contribuciones, Yu recibió el Premio Internacional de Arquitectura del Paisaje Cornelia Hahn Oberlander en 2023. Este prestigioso galardón destaca su papel como líder mundial en diseño urbano sostenible.
Un plan para el futuro
A medida que el cambio climático intensifica los fenómenos meteorológicos extremos, las estrategias de resiliencia urbana, como el concepto de ciudad esponja, adquieren una importancia cada vez mayor. El planteamiento de Kongjian Yu desafía la mentalidad tradicional en materia de infraestructuras y aboga por soluciones que trabajen con la naturaleza en lugar de contra ella.
Ciudades de todo el mundo están tomando nota, y a medida que más zonas urbanas integren estos principios, el modelo de Ciudad Esponja podría convertirse en piedra angular de la planificación urbana sostenible en el siglo XXI. Con la rápida urbanización y las amenazas climáticas en ciernes, la visión de Yu ofrece no solo un marco teórico, sino una solución probada y escalable a los acuciantes retos de la gestión del agua urbana.